El jueves 10 de noviembre, en “Las Jornadas de Novela Histórica” organizadas durante esta semana por l’Ajuntament de Barcelona, tuvo lugar una distendida charla en el Borne entre los magníficos escritores Chufo Llorens y Víctor Amela, este último periodista de “La Contra”.
El tema era “La forma de enganchar al lector en la Historia”.
Fue ameno e interesante, dado el amplio conocimiento que ambos autores tienen sobre el tema.
Debatieron sobre la conveniencia de que pierda o gane “el malo” en una novela, y llegaron a la sarcástica conclusión de que el género narrativo sirve para hacer justicia y castigar a los “malos”; algo que, por desgracia, no suele ocurrir en la vida real.
Chufo Llorens explicó que, a lo largo de su vida, él ha ido recopilando frases, personajes y detalles que posteriormente ha plasmado en sus libros. Y aunque reconoce que es preciso y detallista cuando escribe, también asegura que nunca introduce un detalle sin un motivo justificado.
También reveló el origen de la palabra “somatén” y de la expresión “la quinta forca”, dando todo lujo de detalles sobre sus respectivas procedencias.
Chufo, por otro lado, habló del poeta romano Publio Ovidio Nasón, llegando a considerarlo el primero en la Historia capaz de hablar del placer de la mujer en las artes amatorias: “Ars Amatorias”. Explicó, a su vez, que los jóvenes de la época empezaron a poner en práctica el conjunto de versos de la mencionada obra, con el evidente disgusto del emperador César Augusto, que quería tenerlos en los campos de batalla y no revolcándose por las camas. Tal fue el enfado del soberano romano, que decidió desterrar a Ovidio al Mar Negro, castigo que, por aquel entonces, estaba peor considerado que la pena de muerte.
A modo de curiosidad explicaron que Herodoto, padre de la Historia, es también patrón de los novelistas.
Entre otras cosas, Víctor Amela dijo:
“Se puede ser buen escritor, es decir, escribir muy bonito, pero mal novelista porque no trasmites los sentimientos de los personajes. Y ahí está la gran diferencia entre un libro de Historia y una novela histórica. En la Historia se reseñan hechos. En la novela histórica además se describen los sentimientos de los personajes que viven esos hechos. Y esto es lo que engancha al lector”.
En el cierre, la moderadora formuló la misma pregunta, dirigida a los dos:
– Qué preferís para leer, ¿libro o tableta?
En esta cuestión ambos estuvieron de acuerdo, y aunque veían ciertas ventajas en el uso de la tableta, los dos se decantaron por el libro.
“Peso, textura, tinta… Todo eso no lo tiene la tableta”, dijo Víctor.
Chufo asentía.
En resumidas cuentas: una tarde ideal para disfrutar y aprender de dos grandes maestros de la literatura contemporánea.