Afrontar emocionalmente el reto de emprender

Emprender es la salida profesional más tenida en cuenta en estos tiempos de incertidumbre económica. Pese a ello, no es una opción “apta para todos los públicos”. Hay quien emprende por vocación, y también quien lo plantea como una vía de sustento económico ante la falta de alternativas laborales.

  • Un nuevo escenario emocional. Desde el momento en el que decides emprender, debes tener en cuenta que puede suponer un coste económico, pero también implica un desgaste a nivel emocional. Hay que estar preparado para el peaje personal y familiar que conlleva. Quizá tu modelo de negocio presenta su ventana de oportunidad durante los fines de semana, y por tanto no podrás disfrutar de tu familia, o bien te cuesta gestionar tu tiempo por priorizar el trabajo. Lidiar con estos aspectos resulta fundamental.
  • Salto sin red. Emprender implica también eliminar esa red de seguridad que puede otorgar el hecho de trabajar como asalariado para una empresa. Ante esa tesitura, es importante no perder la perspectiva y centrarse en la finalidad de “ser tu propio jefe”. El emprendedor valora el hecho de adquirir independencia, además de encaminar su vida hacia unas preferencias profesionales determinadas.
  • Afrontar el temor. También hay que poner sobre la mesa la gestión de los miedos e incertidumbres. Valorar las consecuencias de emprender suele llevar a la conclusión de que el mayor fracaso es no haberlo intentado. En este sentido, tu medicina al temor es la información. Hay que valorar pros y contras, posibilidades de éxito y fracaso comercial, y ante todo tener en cuenta que emprender debe ser una opción de futuro, y no un bote salvavidas.
  • Preparación ante todo. Por último, debe existir una base sólida de capacitación profesional, de aprendizaje de los procesos legales, logísticos, administrativos y comerciales. Un plan de negocio preparado al detalle ayuda, cuanto menos, a mitigar ciertas ansiedades ante la aventura personal que supone materializar tus sueños profesionales.

Oportunidades freelance

Oportunidades y claves de la venta directa en tiempos de crisis

La crisis económica que vivimos se ha traducido en un cambio radical en las condiciones laborales y las oportunidades a nivel empresarial. El sector asalariado ha ido menguando a una velocidad de vértigo en los últimos años, y parece que la única luz al final del túnel que se plantea tiene que ver con la palabra emprender. De todos modos, la figura del emprendedor, pese a que en su filosofía engloba toda una serie de condiciones y particularidades, dentro de la misma cohabita, en esencia, con la del trabajador autónomo. Se trata de ese freelance que lleva a cabo su actividad laboral por cuenta propia, y en ocasiones con un perfil multitarea.

Dentro de este escenario, uno de los sectores que plantea opciones para el perfil de trabajador por cuenta propia es el de la venta directa. La flexibilidad de horarios y la remuneración parcial por objetivos son las características principales de este sector profesional, al que hay que sumarle que no es imprescindible (en ocasiones ni siquiera necesario) ofrecer infraestructura, ni siquiera un local.

Claves para encontrar un lugar en el mercado de la venta directa:

-Encontrar la estrategia comunicativa que haga imprescindible nuestra intervención como intermediarios en el mercado potencial sin pasar por otros agentes.

-Ofrecer el servicio, producto y canal de venta en el lugar y momento adecuado.

-Ofrecer la fórmula para que el servicio responda adecuadamente a las necesidades del cliente o la empresa, y que éstos sepan acceder a nosotros de manera directa, sea a través de publicidad y otras estrategias de posicionamiento online y offline.

El freelance puede plantear esta actividad a tiempo parcial con otra profesión o formación académica, o bien dedicarse a tiempo completo. Además, la fórmula de trabajo resulta relativamente sencilla, en tanto que el freelance se encarga de distribuir productos y servicios que la empresa en cuestión deriva en estos profesionales, sea a través de la relación puerta a puerta con el cliente, o bien integrado en la estructura de ventas de la compañía. Como trabajadores por cuenta propia, nunca debemos perder de vista el objetivo de la empresa que recurre al outsourcing: reducir costes fijos, mejorar eficiencia del canal de venta, reducir capital de trabajo y aprovechar las experiencias de los aliados y colaboradores.